viernes, 14 de julio de 2017

BERTONE NO SABÍA NADA, LA CULPA ES DEL ALBAÑIL

Tomado de elpais.com

El ático tenía más de 300 metros cuadrados y una magnífica terraza de otros 100. El todopoderoso cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano con Benedicto XVI (cargo similar al de un primer ministro) trasladó ahí su residencia y quiso reformarlo, aunque la idea fuese a costar algunos cientos de miles de euros. Más allá de la escandalosa cifra, el problema es que parte de ese dinero, como quedó demostrado, se obtuvo de los fondos del hospital para niños del Vaticano Bambino Gesù.

Su antiguo presidente, Giuseppe Profiti, y el extesorero, Massimo Spina, serán juzgados ahora por un tribunal del Vaticano por malversación. Bertone, que sigue viviendo en el famoso ático, a 50 metros de la mucho más modesta residencia del Papa, no se sentará en el banquillo. La gran incógnita es si durante el proceso será llamado a declarar como testigo.

La factura que cobró la sociedad radicada en Londres de un constructor italiano en bancarrota, muy cercano al propio Bertone, salió por 792.544 euros. Bertone se convirtió involuntariamente en uno de los símbolos del lujo y la soberbia con la que parte de la Iglesia vivió durante años. Justo todo lo que el papa Francisco se propuso desterrar para siempre cuando llegó a la silla de Pedro.

Aunque el cardenal terminó los últimos días devorado por los cuervos del Vaticano sin que nadie en la Santa Sede moviese un dedo por él, tampoco era esperable que todo un exsecretario de Estado se sentase en el banquillo. Pero con el envío del caso a juicio, Bertone vuelve a ocupar el centro de la diana mediática y, de algún modo, también de la pausada limpieza vaticana emprendida por el Papa

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