jueves, 23 de junio de 2011

EL CORPUS

Me había propuesto no daros más la lata con los sermones del gran Sloker, pero he sucumbido a la tentación y a continuación os transcribo su carta de hoy, 23 de junio, en el Diario del Altoaragón, con motivo del Corpus, bajo el Título "Confusión, extravío; expolio...". Una vez más, despues de leerla, me asalta la duda ¿Está indignado Sloker o es tonto? Ya me direis.

Difícil proyectar sobre estas líneas con más verismo, la trilogía del epígrafe en tan sólo 25 líneas concedido, obligado es desvelar errores con lo más sagrado que en el mundo existe: Cristo en su Eucarística Presencia.

Hoy su intocable fecha como exponemos, ha sido su luminosidad más bien atenuada. Desvelamos su génesis: Fue la vidente Juliana de Corneillon, quien siguiendo el mandato del Señor, instigó a su obispo Roberto de Torote a convocar un Concilio (potestad entonces de los obispos). Había de ser -fecha intocable- el jueves siguiente a la octava de Pentecostés, sexagésimo día después de la Pascua de Resurrección: Este año, hoy 23 de junio -fue el Papa Urbano IV, con su Bula "Transiturus" el 8/9/1264, quien ordenó la más deslumbrante festividad del año cristiano. Su traslación a la dominica siguiente es diluirla: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5/29). Para mayor confusión en muchos lugares todavía son fieles a tal celebración. Santo Tomás de Aquino compuso para este día el más inmenso documento de la Iglesia: "Oficio del Santísimo Sacramento". Sus solemnes estrofas no suenan igual para el domingo, tan distinto día. Casi 800 años después han pasado para que estos tiempos de espirituales olvidos, mutaran calendas en sospechosa maniobra del "Masterplan masónico"...

Extravío y expolio a que se ha llegado con la "Reforma litúrgica" del 29/5/1969. Conspicuos hacedores de la "Masonería eclesiástica", han "olvidado" la inexorable encíclica de Juan Pablo II: "Dominica Cenae", muy incisiva sobre la nefasta costumbre de la comunión en la mano: "El tocar las divinas especies con las propias manos, es privilegio de ordenados...". Rechazado en su absentismo el perdón penitencial, arrumbados aposentos como muestra en la recepción de adoración, estamos próximos a la herejía protestante increyentes en la Hostia Santa. Terrible responsabilidad hoy del "pastor asalariado".

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