jueves, 2 de diciembre de 2010

Resumen de un artículo del blog de Francisco Moriche

El último ejemplo de esta constante injerencia en los asuntos civiles han sido las improcedentes, inoportunas y mendaces declaraciones del papa Benedicto XVI, durante su reciente visita a Santiago y Barcelona, sobre el supuesto “laicismo galopante” en España, similar según Ratzinger al de nuestra II República... ¡Más quisiéramos algunos! Inexplicablemente, la Iglesia ha vuelto a disponer en esta ocasión de cuantiosas ayudas económicas de las instituciones públicas (o sea, del dinero de todos nosotros) para subvencionar su labor pastoral y, de paso, leernos el catecismo a los ateos, agnósticos y cristianos progresistas españoles por nuestros pecados, mientras su jerarquía sigue instalada en sus riquezas, alejada de la humildad del Evangelio, sin pedir perdón ni mostrar arrepentimiento o autocrítica alguna por sus barbaridades históricas y sus terribles atentados contra la libertad. Y para mayor escarnio, el rey Juan Carlos agradece la vista papal y la considera “un acto de generosidad”, ¡manda trillos la cosa! ¿Generosidad para con quien? ¿Para con los parados? ¿Para con los pensionistas? ¿Para con los dependientes? ¿Para con los inmigrantes? ¡Ya está bien!
Hace 35 años que este país se libró del dictador genocida que tiñó de opresión y dolor la vida de varias generaciones de españoles. Nuestra democracia está más que madura para dejar atrás tabúes, cortapisas y chantajes. Ya va siendo hora de consumar una efectiva separación Iglesia-Estado que nos libere de la tutela teocrática que ha ensombrecido la historia de España desde hace ya demasiado tiempo. Hacen falta ya la denuncia del Concordato y una Ley de Libertad Religiosa respetuosa de las creencias de todos, pero severa en su defensa de un Estado plena y consecuentemente aconfesional. ¿Tendremos que esperar aún mucho más para ver cumplidas estas legítimas y mesuradas aspiraciones cívicas?.



http://franciscomoriche.blogspot.com/

1 comentario:

Josefo el Apóstata dijo...

Me temo que sí, Francisco, vamos a tener que esperar mucho. Han anunciado el enésimo aplazamiento de la ley de libertad religiosa, que ya era de lo más moña, porque ni siquiera contmplaba la anulación del concordato... así es que ya ves dónde estamos...
Si a esto le sumamos la ola neocon que nos invade y los recortes y retrocesos sociales que se amparan en la provocada crisis económica, el panorama que se vislumbra es desolador. Y aquí no se mueve ni dios...